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martes, 9 de julio de 2013

Música para sonreír a un día regular

Algunos días, definitivamente, cuestan mucho más que otros. 

Son esos días que Audrie llamaba "rojos" en Breakfast at Tiffany's. Cuando desde por la mañana, salir de la cama se convierte en la treceava prueba de Asterix y a falta de poción mágica, depositas grandes esperanzas en la ducha y el café. Pero no. El café quema y está amargo. El agua tibia de la ducha te atrapa con sus garras mientras empuja las lágrimas que tanto empeño pones en aguantar. Conclusión: 
Hoy no puede ser un buen día. 




Como si la sensación de "hoy no tenía que haberme levantado" no fuera suficiente, el hemisferio izquierdo se  pone en modo masoquista y te pide canciones de esas que te empujan a acurrucarte en el sofá, pensando que cualquier tiempo pasado fue mejor, porque hoy lo ves taaan gris, por no decir negro, que no te deja ver la idea de "mañana". Un Moon river, aludiendo al río de lágrimas que quieres soltar.  

Esto lo se porque yo también tengo esos días, por supuesto. A veces echaba carreras con mi hermana a ver quien tenía más y peores. Pero lo mío llegaba a otro nivel. Tenía una lista de reproducción en el iPod muy habilidosamente titulada "Feeling blue" y catastróficamente compuesta por toda serie de canciones morriñosas con Crying de Aerosmith a la cabeza como preludio de lo que va a continuación. 

Claro que no resultaba muy sanadora aquella terapia de inmersión... Inmersión en la más profunda tristeza. 

Así que recordando algunos de los conocimientos sabiamente acumulados a lo largo de 5 años de carrera, junto con toda una retahíla de frases motivacionales e incluso, tirando de refranero, me di cuenta de que había que cambiar de estrategia. Porque sí:
Es cuestión de actitud. 


Levántate y ponle más azúcar al café. O date un capricho y cámbialo por un Nesquik bien cargado. Dúchate con agua fría, que no habrá tiempo ni para pensar en la pena. Elige ropa alegre, que te siente bien, ¡aunque sea la interior! Ríete. A la fuerza, ¡¡pero ríete!! Abusa del sentido del ridículo, propio y/o ajeno: busca en youtube, en las fotos de la infancia, hazte un meme... Y entonces ponte esa canción que siempre, siempre... Siempre te arranca una sonrisa, un tarareo y puede que hasta un meneo de trasero. 

Todo el mundo debería tener una canción comodín para estos casos. Una canción personal y transferible que por lo que sea,  no necesitas un motivo ni razón, te hace sentir un poco más feliz. Como un PANIC BUTTON para casos de emergencia y/o extrema necesidad.



Yo no sólo tengo una canción, tengo también toda una lista de reproducción... Sufro de un eclecticismo crónico, qué le vamos a hacer. Pero para estos casos en concreto, creo que es hasta recomendable contar con un pequeño pero efectivo repertorio, no vayamos correr el riesgo de abusar de esa sola canción y que deje de surtir su mágico efectoAdemás, un día rojo puede durar hasta 24 horas en el peor de los casos. 

Es cierto que nadie garantiza que vaya a ser un buen día, pero desde luego si el momento de menear el trasero te pilla siendo observado, igual le arrancas una sonrisa a algún testigo que pasaba casualmente por ahí. Y cualquier momento es un buen momento para sonreír, ¿no? Por ti y por todos tus compañeros. 

Recuerda que un día es un día... Y días son los que tenemos para vivir, así que: make it count!


martes, 2 de julio de 2013

La lista de reproducción perfecta

Aquí es cuando no sólo no voy a dejar la clave de la felicidad en forma de enlace a Spotify, si no que voy a empezar tirando un jarro de agua fría... Porque lo primero que deberías saber es que: NO EXISTE LA LISTA DE REPRODUCCIÓN PERFECTA. A no ser que seas diostodopoderoso y conozcas toda la música de todos los tiempos, lugares, artistas, generos y colores - lo cual, me vas a permitir, ponga en duda... Y ni aún así. 




En primer lugar tengamos en cuenta el valor subjetivo de una lista de reproducción. Si no hay dos personas iguales en el mundo, tampoco deberían existir dos, vamos a llamarlas playlists por aquello de abreviar, iguales. Claro que se pueden parecer y por supuesto compartir - ¿para qué si no el "modo colaborativo"? - pero señores... ¡Será por música! 

Una buena lista de reproducción no se crea ni se destruye, simplemente se transforma. Evoluciona contigo y tus gustos, con tus estados de ánimo... Incluso con las modas. Como una misma playlist puede sonar distinta dependiendo del momento, igual que en ocasiones diferentes te apetece escuchar distintos géneros, yo recomiendo tener varias listas, varias emisoras de radio, canales o usuarios cuyos gustos y sugerencias te encajen. ¡Oh bendito internet! Pero qué fácil nos lo pones a veces... 

La creación de una playlist en condiciones requiere de todo un ejercicio de introspección. Aquí radica la dificultad de grabar un mix a otra persona. Conocer los gustos y preferencias de cada uno y las emociones que quieres despertar a través de la música (o de cualquier otro medio...) no es nada sencillo. Y quien piense lo contrario ¡que tire la primera piedra! He dicho. 


  

Así que si lo que has venido a buscar la lista de reproducción perfecta, tengo un cambio de planes para ti... No te vayas con las manos vacías, te hago una propuesta: 

Empieza por el principio y busca un objetivo: el título de la lista. Créeme, es importante, porque cuando le cojas el gusto y tengas una lista de listas, se puede complicar la cosa a la hora de elegir... ¿Qué quieres hacer hoy? ¿Planchar? Salir a correr? ¿Estudiar? ¿Elegir el modelito perfecto para una cita importante? O simplemente, cambiar de humor. 

Entonces todo empezará a fluir. Comienza con una canción que te guste, cualquiera que te inspire a hacer lo que sea que quieres hacer, esa que siempre te gusta escuchar, la que pides en los bares o esa que tarareas hasta sin querer cuando estás en la ducha. ¿Te sientes bloqueado? Pues pon la radio, entra en VEVO, abre Spotify, dale caña al Shazam. Simplemente ¡ESCUCHA! Y déjate llevar de una recomendación a otra... ¿He bendecido ya al señor Internet hoy? La columna de recomendaciones de YouTube y el botón de "descubrir" de Spoti son tus amigos.

Termina la lista. No dejes que la "parálisis por análisis" te arrastre a su terreno. No quieres una lista de 200 horas de música que acabarás sabiéndote de memoria, por mucho que le des al modo aleatorio y se te gaste el botón de FF/ pasar canción. Termina la lista y si no puedes parar... Párate a escucharla. Ponte a hacer otras cosas cosas con tu banda sonora de fondo. Disfrútala, es tuya.

Quizás mañana escuches otra canción perfecta para planchar, salir a correr, estudiar, elegir el modelito perfecto para una cita importante o simplemente, cambiar de humor... Porque mañana, quizás, escucharás con más atención pensando en tu lista de reproducción perfecta para hacer lo que sea que quieras hacer o transmitir lo que sea que quieras transmitir.

Entonces estarás preparado... 





miércoles, 26 de junio de 2013

A day in the life

Una de esas cosas que aprendemos en la vida es que se puede clasificar a las personas de infinitas maneras. En mi caso, si tiramos de habilidades musicales, están quienes nacen para cantar y quienes nos deleitamos escuchándoles.

Sí, yo soy de esas personas que se aprenden las canciones de forma casi inconsciente y compulsiva e inevitablemente: al pie de la letra. Literalmente, porque en acordes y partituras no entro señores... De nada. 


Fruto de esta habilidad que he venido desarrollando con los años y de mi incesante curiosidad e interés por todo tipo de estilos musicales, me atrevo a lanzar las más absurdas reflexiones con la que se ha convertido en la "Banda Sonora de mi vida" que al igual que las uñas y las orejas, nunca deja de crecer y que en ocasiones, como hace la materia, ni se crea ni se destruye, simplemente se transforma.


Gracias Sr. Internet por abrirme las puertas a un infinito mundo de posibilidades con el que alimentar la biblioteca de mi reproductor musical, sí, la aplicación más importante de todo dispositivo que se precie. 


Y así, con esta breve presentación doy por inaugurado este blog con una apuesta segura, porque The Beatles nunca fallan (salvo en Spotify) y hoy es, como cualquier otro, un día en la vida... Just make it count!