Son esos días que Audrie llamaba "rojos" en Breakfast at Tiffany's. Cuando desde por la mañana, salir de la cama se convierte en la treceava prueba de Asterix y a falta de poción mágica, depositas grandes esperanzas en la ducha y el café. Pero no. El café quema y está amargo. El agua tibia de la ducha te atrapa con sus garras mientras empuja las lágrimas que tanto empeño pones en aguantar. Conclusión:
Hoy no puede ser un buen día.
Como si la sensación de "hoy no tenía que haberme levantado" no fuera suficiente, el hemisferio izquierdo se pone en modo masoquista y te pide canciones de esas que te empujan a acurrucarte en el sofá, pensando que cualquier tiempo pasado fue mejor, porque hoy lo ves taaan gris, por no decir negro, que no te deja ver la idea de "mañana". Un Moon river, aludiendo al río de lágrimas que quieres soltar.
Esto lo se porque yo también tengo esos días, por supuesto. A veces echaba carreras con mi hermana a ver quien tenía más y peores. Pero lo mío llegaba a otro nivel. Tenía una lista de reproducción en el iPod muy habilidosamente titulada "Feeling blue" y catastróficamente compuesta por toda serie de canciones morriñosas con Crying de Aerosmith a la cabeza como preludio de lo que va a continuación.
Claro que no resultaba muy sanadora aquella terapia de inmersión... Inmersión en la más profunda tristeza.
Así que recordando algunos de los conocimientos sabiamente acumulados a lo largo de 5 años de carrera, junto con toda una retahíla de frases motivacionales e incluso, tirando de refranero, me di cuenta de que había que cambiar de estrategia. Porque sí:
Es cuestión de actitud.
Levántate y ponle más azúcar al café. O date un capricho y cámbialo por un Nesquik bien cargado. Dúchate con agua fría, que no habrá tiempo ni para pensar en la pena. Elige ropa alegre, que te siente bien, ¡aunque sea la interior! Ríete. A la fuerza, ¡¡pero ríete!! Abusa del sentido del ridículo, propio y/o ajeno: busca en youtube, en las fotos de la infancia, hazte un meme... Y entonces ponte esa canción que siempre, siempre... Siempre te arranca una sonrisa, un tarareo y puede que hasta un meneo de trasero.
Todo el mundo debería tener una canción comodín para estos casos. Una canción personal y transferible que por lo que sea, no necesitas un motivo ni razón, te hace sentir un poco más feliz. Como un PANIC BUTTON para casos de emergencia y/o extrema necesidad.
Yo no sólo tengo una canción, tengo también toda una lista de reproducción... Sufro de un eclecticismo crónico, qué le vamos a hacer. Pero para estos casos en concreto, creo que es hasta recomendable contar con un pequeño pero efectivo repertorio, no vayamos correr el riesgo de abusar de esa sola canción y que deje de surtir su mágico efecto. Además, un día rojo puede durar hasta 24 horas en el peor de los casos.
Es cierto que nadie garantiza que vaya a ser un buen día, pero desde luego si el momento de menear el trasero te pilla siendo observado, igual le arrancas una sonrisa a algún testigo que pasaba casualmente por ahí. Y cualquier momento es un buen momento para sonreír, ¿no? Por ti y por todos tus compañeros.
Recuerda que un día es un día... Y días son los que tenemos para vivir, así que: make it count!